01 diciembre 2014

El piano

Título original: The Piano 
Director: Jane Campion 
Guión: Jane Campion  
Música: Michael Nyman   
País y año: Nueva Zelanda, 1993  
Duración: 121 min.
Intérpretes: Holly Hunter, Anna Paquin, Sam Neill, Harvey Keitel, Kerry Walker

De algunas películas, lo que le queda al espectador no es precisamente el argumento o la trama, sino, como es en este caso, la banda sonora utilizada. La película El Piano es, en su mayor parte, eso, su banda sonora. Una música auténticamente maravillosa, principal protagonista del film (con permiso del piano al que alude el título).
Una de las principales, por no decir la más conocida, de las películas del cine neozelandés reciente. La historia de una mujer escocesa, que viaja a Nueva Zelanda porque le han obligado a casarse con un desconocido. Ella, que desde hace años no habla, se comunica y expresa sus sentimientos únicamente tocando el piano. El argumento tiene un cierto interés (ganó el Óscar al mejor guión original), y el espectador llega a sentir verdaderamente curiosidad por saber qué le ocurre a esta señora, sobre todo con ese marido que, primeramente, se niega a llevar a su casa el famoso piano, dejándolo en la playa (donde habían desembarcado todas las pertenencias).

El personaje de la mujer muda (por propia voluntad) tiene una fuerza dramática suficiente, y la interpretación es adecuada. Igual sucede con Harvey Keitel, que hace de vecino de ella, amante del piano y de la susodicha protagonista. La fotografía y los paisajes, quizás, superan incluso a los propios actores. Las vistas de Nueva Zelanda, con una vegetación desbordante y excesiva, con un clima lluvioso y siempre hostil, atraen muchísimo al ojo del espectador.

Y por lo que se refiere al oído, ya se ha señalado la banda sonora, compuesta por Michael Nyman, y ganadora de diversos premios internacionales. Las piezas de piano, especialmente el tema principal, son sinceramente maravillosas, inolvidables. Quedan para el recuerdo del espectador como algo inherente a la propia película, y merecidamente se ha instalado en esa serie de bandas sonoras cinematográficas que forman parte de nuestra vida y de la memoria del séptimo arte.