01 enero 2014

El silencio

Título original: Tystnaden
Director: Ingmar Bergman
Guión: Ingmar Bergman
Música: Ivan Renliden, Bo Nilsson
País y año: Suecia, 1963
Duración: 95 min.
Intérpretes: Ingrid Thulin, Gunnel Lindblom, Jörgen Lindström, Hakan Jahnberg, Birger Malmsten

Como indica el título, el protagonista de la película es el silencio, que ocupa gran parte de la misma. En esas ocasiones, la falta de palabras hace a la situación mucho más desgarradora.

Bergman logra crear un clima realmente agobiante y asfixiante. La escena primera, en el tren, es de una gran maestría. En silencio, se nos van presentando a los personajes y a la sofocación que les rodea, y que estará presente en todo el filme. También en esta línea, el hotel muestra un mundo en el que todo es descarnado. Todo es simbólico, y en el ambiente tétrico y decadente, el que impera es el silencio

Y no solamente hay silencio por ausencia de palabras. El idioma extraño que nadie parece entender, es también una forma de silencio, porque los personajes no se entienden con quienes les rodean. Quizás quien hace mejor su papel es el niño. Inmerso en los odios de su madre y su tía, vive el ambiente asfixiante de una manera muy especial. Tanto en la forma de hablar como en la de moverse, deja en el espectador una peculiar sensación.


Y es que, en esta película, parece más importante la forma de moverse que las propias palabras. Las palabras no significan nada, porque nadie las entiende. Bergman hace en El silencio una obra sobre una forma de comunicación en la que no hay respuesta, sino sólo silencio, o peor aún, unas palabras que no se entienden. Esto, sin duda, se integra en la visión existencial y religiosa del magistral autor sueco.