Título original: My Fair Lady
Director: George Cukor
Guión: Alan Jay Jerner, basado en la obra de Bernard Shaw
Música: Frederick Loewe
País y año: USA, 1964
Duración: 166 min.
Intérpretes: Audrey Hepburn, Rex Harrison, Stanley Holloway, Gladys Cooper
Dos caballeros hacen una apuesta, en el Londres victoriano, que consiste en lo siguiente: hacer pasar a una muchacha pobre por toda una duquesa en el baile de la Embajada. Sin embargo, un cierto sentimiento empezará a brotar entre la chica, Eliza Doolittle, y su profesor, Henry Higgins.
Es My Fair Lady otro de los maravillosos cuentos de hadas que interpretó Audrey Hepburn. El musical, que está basado en la obra Pygmalion, de Bernard Shaw, tiene un argumento que es bastante sencillo, e incluso en ocasiones algo forzado o cojo. Sin embargo, se puede disculpar porque, en el fondo, es un cuento de hadas, y los cuentos de hadas son así.
Sobre todo, lo que salva la película es la figura y la interpretación de Pudre Hepburn. Un porte elegantísimo, un rostro muy hermoso, y una actuación muy buena. Los trajes que lleva en algunas ocasiones, y sus sombreros, son auténticas delicias, maravillosamente elegantes.
Las dos escenas que más me han cautivado han sido la de la inauguración de las carreras de Ascot, escenario blanquísimo y la música con reminiscencias mozartianas, y la escena del baile de gala en la Embajada. En ambas, la protagonista llevaba unos trajes preciosos, y los lucía con una elegancia natural.
Los números musicales son preciosos, la música es buena, y la coreografía también debe ser resaltada, si bien es cierto que podrían haberse acortado para hacer la película algo más ligera.
Rex Harrison hace muy bien su papel, aunque a veces es bastante misógino e incluso da cierta incertidumbre sobre su carácter.Lo mejor, sin duda, Audrey Hepburn y la elegancia que siempre supo dar a sus papeles.